Respiraba profundo mientras se arrodillaba,
arrancó una hojita de cesped y se acostó,
imaginaba todo lo que iba a hacer en el día,
pero ya era demaciado tarde para pensar en eso.
Se dió cuenta de que el viento se calmaba,
y el frío entraba por debajo de sus zapatos...
-¡Hay que abrigarse!, dijo la abuela mientras cerraba la puerta.
Fué acercándose y el viento la distrajo
con una hojita que bailaba a su alrededor.
Busco el saco y salió en busca del recuerdo,
pero el viento ya se lo habia llevado.
Ahora formará parte de otro niño...
En su mano, llevaba el saco y en la otra...un trocito de viento,
no pensó más en aquello que quería,
y busco otro juego.
Se acompañó sola hacia afuera,
y se distrajo con una ramita que rodaba en silencio,
trató de seguirla, pero fué imposible.
Mientras esperaba, recordó lo que quería,
y rápidamente buscó el recuerdo del día...
pero la noche le hacercó la luna,
y se distrajo mirandola...
solucionó aquello que imaginaba
y todo gracias a una simple brisa.
Parece absurdo lo que olvidó...
y junto el viento, desapareció.
(a.m)
(Ilustración de Eugenia Suarez)
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