...después de darle vueltas a la desesperación, lo vi a mi lado con el pensamiento alejado,
me produce algo que no puedo describir. Sin inportancia, decidí rendirme.
Entre cristales eternos y una salida casi imposible, hoy la soledad se suma a las soledades de cada uno.
Comparto una incomodidad lenta, que te acerca y te invita a olvidar,
ya no eres, o si, consiente.
Parecido a aquello que nunca molestó, ellos te preguntan el motivo del encierro, hablan de un error, cuando los demás tienen la culpa.
Respondés con una sonrisa que alienta..."eres pez bello para este encierro".
Lo normal detallaba el vacío y sin interés de huirle, pasaban los días.
En sus últimos tiempos, en su último abrazo, la juventud se envejecía. Peligroso pasa el tiempo que no pasa junto a él, mientras que el escape simple, se va haciendo imposible.
Luego espera...la noche, el día, y otra vez la noche. El escape posible se aleja en esa pecera, tanteando, temiendo las consecuencias de la partida, decide hacer otra cosa.
Mientras observa la mirada de los demás peces, se queda...
porque afuera no tiene nada que perder.
(a.m)
Ilustración: Caren Hischier
(a.m)
Ilustración: Caren Hischier
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